Es hora de vivir una experiencia mágica en Chequia con mercadillos llenos de luces, castillos nevados, y la calidez de una taza de vino caliente. Chequia lo tiene todo para hacer de la Navidad un recuerdo inolvidable.
El período navideño comienza oficialmente con los calendarios de Adviento, las luces que iluminan las calles, los dulces típicos en las tiendas y las películas navideñas en las plataformas de streaming. Aunque la Navidad parece llegar cada vez más temprano, en Chequia se prefiere abrazar esta anticipación y disfrutar cada momento.
Desde el primer fin de semana de diciembre, los hogares checos reciben el espíritu navideño. Se llenan las casas de luces, música y motivos festivos. Cada domingo de Adviento, una vela nueva se enciende en la corona, un ritual que culmina el 24 de diciembre.
El ambiente festivo se refleja también en la cocina: el olor a vainilla y canela invade los hogares, con las primeras tandas de galletas y pasteles saliendo del horno. Las bebidas calientes son parte esencial de estas fechas, como el ponche (punč), que se prepara con agua caliente, ron y azúcar, y el vino caliente (svařák), hecho con vino tinto, canela, clavo y limón.
Para los niños, el 6 de diciembre es un día muy esperado, pues San Nicolás, acompañado de ángeles y demonios, reparte saquitos con sorpresas. En Chequia, es San Nicolás quien visita a los niños, en lugar de Papá Noel o los Reyes Magos, dejando regalos o para los que no se han portado bien, una bolsa de carbón.
Además, antiguamente, las jóvenes solteras se encomendaban a Santa Bárbara, cortando ramas de cerezo el 4 de diciembre: si florecían antes de Nochebuena, el matrimonio estaba asegurado para ese año.
Navidad sin mercadillos, pero con árboles llenos de historia
Este año, los tradicionales mercadillos navideños no podrán celebrarse en Chequia debido a las restricciones sanitarias, una medida de responsabilidad para proteger a la comunidad. Estos mercadillos, con su mezcla de aromas a canela, clavo y vainilla, son una de las atracciones más queridas tanto por los checos como por los visitantes. Aunque no podremos disfrutar de ellos, en Praga se mantendrá el imponente árbol de Navidad en la Plaza de la Ciudad Vieja como símbolo de la temporada.
La tradición de decorar un árbol de Navidad en Chequia se remonta al siglo XIX, cuando Johann Carl Liebich, director del Teatro de los Estamentos de Praga, introdujo un abeto adornado en una fiesta para la aristocracia local. Desde entonces, la costumbre se ha extendido por todo el país, con adornos que han evolucionado de papeles brillantes y frutas exóticas a figuras artesanales de madera, paja y vidrio, cada una con un toque regional único.
La gastronomía es una parte fundamental de la Navidad en Chequia. El 24 de diciembre, los checos suelen ayunar o comer platos ligeros sin carne, siguiendo la tradición de la Cuaresma, para prepararse para la cena de Nochebuena. Uno de los platillos más populares es el Kuba, hecho con granos de cebada y setas.
La cena de Nochebuena es un momento especial en cada hogar checo, con la carpa como plato principal acompañada de una ensalada de papas. Es común comprar la carpa viva unos días antes y mantenerla en la bañera hasta la cena, una práctica que a menudo resulta en que los niños se encariñen con el pescado. Como toque final, se colocan escamas de la carpa debajo de los platos y en las carteras para atraer buena fortuna y prosperidad en el año que viene.
El postre típico es la trenza navideña, una preparación cargada de simbolismo y hecha de masa trenzada con pasas y almendras, representando elementos y valores fundamentales del ser humano. Tras la cena, muchas familias asisten a la ‘Misa checa de Navidad’, compuesta por Jan Jakub Ryba, una tradición musical muy apreciada en Chequia.
Además de las ceremonias religiosas, a los checos les encanta cantar villancicos y participar en juegos tradicionales durante la Nochebuena. Uno de los juegos más populares consiste en que las jóvenes solteras lancen un zapato hacia la puerta: si la punta apunta hacia la puerta, se casarán pronto, pero si no, su búsqueda del amor continuará.
Otro juego incluye pequeñas velas colocadas en cáscaras de nuez, que se dejan flotar hasta que se apagan, con el barco que dura más simbolizando una vida larga.
El 26 de diciembre, Día de San Esteban, marca el fin oficial de las celebraciones navideñas en Chequia, con misas en honor al santo y platos tradicionales que incluyen ganso. En el pasado, era costumbre que los niños cantaran villancicos de puerta en puerta en los pueblos, una tradición que ha disminuido con el tiempo pero que aún se mantiene en algunos lugares.
Así, Chequia mantiene vivo su espíritu navideño, con tradiciones y costumbres que, año tras año, invitan a disfrutar de estas fechas con alegría y un toque único que las hace especiales.
Los mercadillos navideños de Chequia:
• Praga: El mercadillo más grande y famoso se lleva a cabo en la Plaza de la Ciudad Vieja, generalmente desde finales de noviembre hasta principios de enero. También hay otros mercados en la Plaza de Wenceslao y en el Castillo de Praga.
• Brno: El mercadillo navideño se extiende en varias plazas, incluyendo la Plaza de la Libertad y la Plaza Moravia.
• Pilsen: En la Plaza de la República, el mercadillo de Pilsen ofrece especialidades locales y artesanías.
• Olomouc: Este mercadillo se lleva a cabo en la Plaza Alta y la Plaza Baja, y se caracteriza por su
ambiente histórico y su pista de patinaje.
• Karlovy Vary: Con su ambiente de spa, el mercadillo de Karlovy Vary se ubica en la plaza junto al río Teplá.
• Ceske Budejovice: Todos los años en la ciudad de České Budějovice, en náměstí Přemysla Otakara II (la plaza de Premislita Otakar II) pudes encontrarlo. Aquí todos los días podrás disfrutar de la atmósfera navideña, escuchar villancicos, degustar numerosos manjares y comprar regalitos.
+ info www.visitczechia.com